jueves, 21 de febrero de 2008

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Hallan los restos de actividad humana más antiguos de Valencia en unas obras

Unos restos arqueológicos, de origen íbero y cartaginés-púnico, localizados recientemente en el aparcamiento que a través de la empresa municipal Aumsa se está construyendo en la parcela situada entre las calles Ruaya, Sagunto y Bilbao de Valencia son “la pieza palpable” y “el indicio más antiguo de actividad humana” en esta ciudad y en su huerta. Estos elementos, que pertenecen a los siglos III y IV antes de Cristo, se han encontrado en un espacio que podría ser “la ruta de acceso norte” a la capital.Así, lo aseguraron este martes los concejales de Patrimonio y Tráfico, Alfonso Grau, y Cultura, María José Alcón, en el Ayuntamiento de Valencia durante la rueda de prensa que ofrecieron para dar a conocer el hallazgo de estos restos, entre los que hay una balsa íbera, un pozo, entre diez y quince restos cerámicos y una moneda cartaginesa de la época Barquida. Todos ellos han aparecido a una profundidad de entre 3,5 y 4 metros.La concejala de Cultura comentó que la balsa localizada en este solar es “una construcción hidráulica de planta rectangular”, que posiblemente se podría haber usado para la recogida de agua, según los técnicos. Alcón resaltó que en su interior se han encontrado cerámicas íberas y púnicas, y que en un pozo localizado también en este emplazamiento se han hallado ánforas que podrían proceder de Ibiza, de Cádiz o del norte de África.Ambos señalaron que se ha de determinar todavía el valor patrimonial de estas infraestructuras y objetos, pero destacaron que su “trascendencia” y “valor histórico” son “muy importantes” por lo que indican respecto a los primeros datos de actividad humana en Valencia y en el entorno de su huerta.Alcón comentó, en este sentido, que “los primeros restos” de civilización encontrados “hasta ahora en Valencia eran romanos” y resaltó que la localización de los descubiertos en el aparcamiento de Ruaya indican que las primeras muestras de actividad humana son de “íberos y cartagineses”. Agregó que la fundación de esta ciudad sigue fijándose en el año 138 antes de Cristo y atribuyéndose a los romanos, pero insistió en que el hallazgo en la parcela de este estacionamiento apunta que “había actividad humana con anterioridad”.El solar en el que se construye este aparcamiento tiene una superficie de entre 4.500 y 4.800 metros cuadrados, según afirmó Novo, que precisó que los restos íberos y cartagineses se han localizado en una parte de este terreno equivalente al 25 ó al 30 por ciento de su superficie total, mientras que en el 70 por ciento restante no se ha encontrado nada de valor. La balsa y el pozo encontrados se sitúan en uno de los extremos de este espacio, en el lado que linda con la calle Bilbao.El edil comentó que antes de comenzar la edificación del aparcamiento, durante dos años, desde 2005, se han estado realizado trabajos arqueológicos para ver si en la parcela había restos de este tipo. Manifestó que además de localizar a lo largo de este tiempo, “como en otros lugares” de la capital, dijo, elementos de las épocas contemporánea, moderna, bajo-medieval, islámica y romana-imperial, se logró el “llamativo” hallazgo de los restos íberos y cartagineses que presentaron hoy.Alfonso Novo sostuvo que el hecho de haber encontrado estas últimas piezas “repercute sobre la construcción” del parking, que corresponde a Aumsa y que fue adjudicado a Lubasa. Explicó que esta infraestructura forma parte del “paquete” de siete aparcamientos adjudicados a Lubasa (cuatro de ellos ya están en funcionamiento, dos están a punto de ponerse en marcha y el último es el de Ruaya, matizó) y en la parte en la que no se han localizado los restos se han hecho ya las pantallas y muros de contención.Informes técnicosTanto él como la responsable municipal de Cultura señalaron que la empresa adjudicataria de las obras y los técnicos de los servicios de Arqueología y de Tráfico del consistorio trabajan juntos para “compatibilizar” y “compaginar” las labores de conservación arqueológica y la de ejecución del aparcamiento, que prevé la creación de unas 450 plazas de estacionamiento. Asimismo, aseveraron que aún es pronto para precisar si la zona en la que se han localizado estos nuevos restos se protegerá o si se catalogará y será ocupada por el estacionamiento.María José Alcón estimó “prematuro” tomar una decisión al respecto porque se tiene que conocer primero el informe que elabore el servicio de Arqueología al respecto. Sostuvo que “la excavación sigue en marcha y los arqueólogos trabajando”.En esta línea, al ser preguntados por la posibilidad de que si se consideran de trascendencia estos elementos íberos y cartaginenses se respecte el área en la que se localizan y se reduzca el recinto del aparcamiento y su capacidad, el concejal de Tráfico dijo que es una de los supuestos que se barajan. A pesar de ello, insistió también en que es necesario “esperar a los informes arqueológicos” para hablar de la conservación.
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La historia de Valencia cambió ayer tras salir a la luz los resultados de una excavación arqueológica que se ha estado realizando en un solar entre las calles Ruaya y Bilbao, donde está previsto que se construya un aparcamiento de 450 plazas. El hallazgo consiste en una balsa ibera y una decena de piezas de cerámica de la misma civilización, así como cartaginesas. También se han encontrado ánforas que podrían proceder de Ibiza, Cádiz o del norte de África. El descubrimiento no tiene precedentes y demuestra que Valencia tuvo un poblamiento ibero al lado norte del Turia entre los siglos III y IV antes de Cristo. Así lo explicó la concejala de Cultura, María José Alcón, quien insistió en que se trata de los vestigios más antiguos encontrados en la ciudad. "Hasta el momento, los arqueólogos sólo tenían datada la existencia de vida humana a partir de la época romana. Sin duda, es un hallazgo importantísimo y por supuesto no pone en duda nuestros orígenes, porque Valencia fue fundada en el año 138 antes de Cristo, pero sí que demuestra que los iberos y los cartagineses estuvieron viviendo en Valencia", explicó ayer la concejala de Cultura. "La balsa es una construcción hidráulica de planta rectangular que se podría haber usado para la recogida de agua, puesto que en su interior se encontraban las cerámicas", añadió Alcón.No es la primera vez que aparecen evidencias arqueológicas de esta civilización. Fue el caso de una intervención en las inmediaciones de la calle Sagunto, donde se encontraron restos ligeramente posteriores, del siglo II antes de Cristo (entre el año 195 y 160 A. C.). También se descubrieron varias ánforas datas en el siglo VI antes de Cristo, posiblemente de época etrusca, durante una intervención subacuática en la playa de la Malvarrosa. En este caso no guardan relación con el pasado de la ciudad pues procedían, seguramente, de una embarcación hundida.Junto a las piezas recién descubiertas, uno de los hallazgos de más valor es una moneda cartaginesa, datada hacia el 212 antes de Cristo, coetánea de las guerras púnicas y de la época de Aníbal.La investigación arqueológica todavía no ha finalizado y se esperan más hallazgos, aunque en un principio se descarta la presencia de enterramientos.El solar de la calle Ruaya se ha convertido en un auténtico polvorín arqueológico porque no sólo se han hallado restos de la civilización ibera y cartaginesa, sino también contemporánea, moderna, bajo-medieval, islámica y romana-imperial. "Sin duda es uno de los enclaves de mayor concentración de asentamientos de épocas pasadas", explicaron ayer fuentes municipales.Desde 2005 un equipo de arqueólogos supervisados por la Dirección General de Patrimonio y por la concejalía de Cultura ha estado trabajando en este enclave declarado de vigilancia arqueológica. Los restos se han localizado entre 3,5 y 4 metros de profundidad y junto a ellos el resto de los yacimientos de épocas posteriores. "Hace unos años ya encontramos una carretera, un cementerio de incineración, pero hasta el momento no habíamos hallado ninguna edificación ibera", afirmaron desde el departamento de arqueología.Ante estos hallazgos, el Ayuntamiento está estudiando qué pasos deberá seguir en los próximos meses puesto que estos restos paralizan la obra del parking. "Vamos a intentar trabajar en el 70% del solar donde no se ha encontrado nada. Ahora los técnicos estudian cómo se deberá conservar este importante descubrimiento", aseguró ayer el concejal de Tráfico, Alfonso Novo.En la parte del solar en la que no se ha localizado ningún resto ya se ha ejecutado las pantallas y los muros de contención de la estructura del parking y se seguirá trabajando en la zona libre de yacimientos.La ubicación en el barrio de Morvedre responde a la ruta de acceso norte de la capital, justo la zona por donde se construyó la vía hercúlea próxima a la vía Augusta. "Sin duda, este punto fue la autopista de la época", añadieron desde Patrimonio.La balsa encontrada se encuentra en mal estado por lo que su traslado para conservarlo pondría en peligro esta construcción hidráulica de planta rectangular. "De este modo, los técnicos valoran en estos momentos cómo se deberá mantener para conservarla de la mejor forma posible", añadió el concejal de Tráfico, Alfonso Novo.El grupo de la oposición socialista criticó ayer la precipitación del equipo de gobierno en anunciar unos hallazgos que todavía no se habían datado, y "se atreva a sacar pecho y a vender el hallazgo cuando las obras del estacionamiento se iniciaron sin control arqueológico. Se actuó de forma negligente e irresponsable", comentó el concejal socialista Juan Soto. El edil socialista aseguró que "una vez más se ha ninguneado y despreciado a los servicios arqueológicos municipales".
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Hallan restos de hace 2.300 años

El yacimiento íbero no se relaciona con 'Valentia', la ciudad fundada por los romanos
La obras de un aparcamiento entre las calles Sagunto, Ruaya y Bilbao, en la margen izquierda del viejo cauce del Turia, han dejado al descubierto unos restos arqueológicos pertenecientes a los siglos IV y III antes de nuestra era. Así lo anunciaron ayer los concejales de Patrimonio, Alfonso Grau, y de Cultura, María José Alcón. Se trata de una "balsa íbera y un pozo", en los que se han encontrado cerámicas íberas y púnicas, así como ánforas de tipología púnico-cartaginesa, al parecer procedentes de Ibiza, Gadir (la actual Cádiz) o de Cartago (actual Túnez), zonas donde se asentaron los fenicios que huyeron de Tiro. LOS RESTOS MÁS ANTIGUOS Se trata de los restos más antiguos encontrados en las cercanías de la antigua Valentia. Fundada por los romanos en el año 138 a.c., Valencia se levantó sobre una isla fluvial en el cauce del Turia, en un terreno elevado y cuyo centro correspondería con la actual Catedral. "Hay que dejar claro que estos restos hallados ahora no pertenecen a Valentia", aclara José Pérez Ballester, del departamento de Arqueología de la Universitat de Valéncia. "Se encuentran en lo que es la ciudad actual, pero se trataba de un hábitat de una zona en la que había varios asentamientos dispersos. Toda la llanura estaba muy poblada", agrega Pérez Ballester. Hace unos quince años, en las cercanías de la calle Maximiliano Thous también aparecieron restos anteriores a la época romana. Las ciudades íberas más cercanas e importantes de esta gran llanura eran Edeta (Llíria) y Arse (Sagunto). ecosta@adn.es
EL APUNTE:
El 'misterio' de una ciudad Llamada TyrisManuel Sanchis Guarner en su Libro La ciudad de Valencia comienza eL relato del nacimiento de La ciudad con una misteriosa Tyris citada en unos versos de Rufus Festius Avienus una ciudad ibérica fortificada que en un tiempo se identificó con Valencia. Ni eL estudio de Las fuentes Literarias ni arqueológicas demuestran esa relación. "No se ha encontrado -dice- ninguna inscripción ni moneda ibérica" en eL núcleo de Valencia. Los arqueólogos Lo siguen descartando actualmente.

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