miércoles, 23 de enero de 2008

EVOLUCIÓN DE LA YIHAD TRAS MAHOMA

EVOLUCIÓN DEL YIHAD TRAS MAHOMA

A la muerte de Mahoma se había configurado alrededor de su figura una activa comunidad de creyentes y seguidores y ya existía el germen de un estado político religioso. A todo este conjunto se le llamará Umma.

A partir de entonces se suceden las conquistas militares y la implantación del nuevo sistema en tierras ocupadas en ese momento por sasánidas, bizantinos y visigodos con lo que se expande el Islam a costa de estos pueblos con una rapidez enorme. Hacia mediados del siglo VIII sus fronteras ya llegaban por el oeste al Océano Atlántico y por el este hasta China. Y esto en tan sólo un siglo desde la muerte del Profeta y partiendo desde los pequeños núcleos de Medina y La Meca.



La expansión territorial va unida a la preocupación de los califas por expandir la doctrina y conformar un corpus de normas que permitiese el control y el funcionamiento del cada vez más amplio territorio que se empezaba a conocer como Dar al-Islam (Casa del Islam).

Hay que tener muy presente que durante el gobierno de los dos primeros califas el texto coránico no estaba fijado y puesto por escrito como tampoco lo estaba la recopilación de dichos y hechos del profeta dados a conocer por la gente que estuvo en contacto con él en vida, conocidos como hadices y que conforman la segunda fuente para la elaboración del derecho y su estudio. Además una vez fijados es evidente que no daban respuesta a todas las cuestiones que se pudieran plantear en un mundo en pleno proceso de conformación política y cultural. Para dar respuesta a estas cuestiones se aplicó una importante parcela del saber musulmán clásico conocida como derecho islámico o jurisprudencia islámica: se trata de la fiqh que designa el proceso de elucidación de las leyes. El proceso se basa en la sharía, la ley islámica que es el material legal que debe seguir el musulmán o, en su caso, aplicar el juez. Cualquiera puede elevar a un muftí (jurisconsulto) una pregunta concreta en forma de duda o de insuficiencia en la legislación. La opinión que dé el muftí será conocida con el nombre de fatua. Cabe reseñar que esta vía dinámica para ampliar la jurisprudencia no impone obligatoriedad en su seguimiento.


Los ámbitos que cubre el fiqh son prácticamente todas las esferas de la vida del individuo. Cuestiones como las prácticas religiosas, la alimentación, la vestimenta, el matrimonio, el comercio etc… y como no, la guerra.

En las obras generales o en los tratados que resuman aspectos concretos del fiqh será donde encontremos las disposiciones que se refieren a la yihad.

Previamente a analizar la evolución sufrida por la doctrina del yihad hay que tener en cuenta que la unidad político religiosa del califato no se correspondió con una unificación del corpus legislativo, sino que aparecieron cuatro códices que se corresponde a otras tantas escuelas jurídicas: la hanafí, la malikí, la shafí y la hanbalí. La independencia de los ulemas que permitió esta diversidad y el hecho de no entender los códigos como textos cerrados es lo que ha hecho que el derecho islámico clásico tuviera gran dinamismo y se adaptara a las circunstancias cambiantes. Ciertos aspectos de la doctrina del yihad que serán poco utilizados en el periodo clásico se retomarán en el moderno y el contemporáneo.

LA DOCTRINA DEL YIHAD EN EL FIQH CLÁSICO

Yihad significa en lengua árabe todo esfuerzo puesto en práctica por el musulmán para obtener para sí una mejora espiritual o un beneficio colectivo para el Islam. Así se pueden distinguir varios tipos de yihad:

Yihad del corazón: combate espiritual que establece uno mismo para resistir las tentaciones.

Yihad de la lengua: opinar justamente. Según la expresión clásica: “Ordenar lo que es bueno y prohibir lo que es malo”

Yihad de la mano: poner en práctica medidas correctivas o punitivas para evitar que los creyentes cometan actos sancionables.

Yihad del dinero: contribuir económicamente a las necesidades de la umma.

Yihad de la predicación: toda acción pacífica destinada a extender el Islam fuera de sus fronteras o a su fortalecimiento en el interior.

Yihad de la espada: llevar a cabo acción armada para proteger las tierras del Islam y la supervivencia del Islam en ellas.

La doctrina clásica llama gran yihad al yihad pacífico y pequeño yihad al bélico. Los tratados del fiqh se ocuparon sobre todo de este último. Se le consideraba un deber colectivo que debía ser puesto en práctica como tal por el califa en el Islam sunní y por el imam en el shií, es decir por los dirigentes político religiosos.

El yihad bélico debe ejercerse sobre las comunidades de infieles situadas en las fronteras de la umma con el doble objetivo de extender la fe y de mantener la seguridad propia. La cosmovisión tradicional islámica separa la dar al-Islam de la dar al-harb (la casa de la guerra) también llamada dar al-kufr (cada de la impiedad). La escuela jurídica shafií establece una tercera categoría: la dar al-shulh o dar al-ahd (la casa del pacto o del acuerdo) que serían las comunidades de infieles que han acordado una paz transitoria con el califa.


El punto de partida de la fundamentación del yihad está en el Corán y el hadiz. Se basan en los hechos históricos de las batallas del Profeta y de la umma medinesa contra los politeístas de la Meca. Siguiendo el ejemplo de Mahoma es al dirigente de la umma al que corresponde declarar y controlar el yihad. Existe la obligación que el yihad sea anunciado y emprendido al menos una vez al año pero hay excepciones que contempla la ley. No todas las escuelas están de acuerdo pero algunas prescriben que antes del anuncio de yihad hay que dar la oportunidad de la conversión al enemigo y sólo en el caso de rechazo el ataque será legal.

Al tratarse de un deber colectivo todos los musulmanes están obligados a él, excepto:

Mujeres

Menores de edad

Enfermos y dementes

El mejor alfaquí de cada una de las ciudades

Los que no obtengan el permiso de sus padres

Algunas otras categorías.

Existen una serie de prescripciones:

Se permite usar todo tipo de armas salvo las flechas envenenadas por el riesgo que supondrían para los propios musulmanes.

Se prohíbe matar voluntariamente a mujeres y niños

Algunas escuelas prohíben matar a sacerdotes y monjes

Prohibición de matar a los rehenes tomados en combate

Se regula escrupulosamente el reparto del botín.

La victoria se alcanza con la conversión de los infieles o con la firma de un tratado de paz temporal, nunca superior a diez años. La concesión del pacto presupone el pago de los infieles de un impuesto que los convierte en clientes o protegidos (dimmíes).

Todo musulmán que perezca en el combate obtendrá el premio del Paraíso.

El yihad también puede ser un deber individual yeste aspecto cobra especial relevancia en el caso de que el califa haga dejación de sus funciones y no declare el yihad. Esta posibilidad se ha producido a lo largo de toda la historia del Islam reapareciendo en el período moderno y manteniéndose hasta hoy. No obstante los ulemas más moderados desde el siglo XIX hasta hoy consideran que el yihad debe ser entendido exclusivamente como guerra defensiva en caso de ataque previo o amenaza exterior algo en lo que no están de acuerdo los sectores más radicales del islamismo.

YIHAD Y OTROS TÉRMINOS RELACIONADOS: HIYRA Y RIBAT.

La Hiyra es la emigración o huida. La primera corresponde a la realizada por Mahoma y su grupo en al año 622 a la ciudad de Medina ante el clima hostil que se vivía en La Meca. Huían de la persecución para construir una mayor comunidad de creyentes con le objetivo de recuperar para el Islam la ciudad impía.

La hiyra se convirtió en una práctica que debía ser imitada siempre que se reprodujeran las circunstancias originales. El creyente está obligado a huir de un territorio en que reine la impiedad y se prohíba la práctica ce su religión. El musulmán debe vivir entre musulmanes y ser gobernado por la ley islámica o emigrar de forma forzosa.

Existe otro aspecto de la hiyra más espiritual que nos remite a un repliegue sobre uno mismo, un apartarse del mundo exterior en momentos en que se percibe que el Islam no se está aplicando correctamente o se está desviando de su mensaje primitivo.

Los grupos más radicales a lo largo de la historia como los almorávides, almohades, grupos shíies extremistas como los asesinos de Alamut el movimiento mahdista en Sudán o grupos actuales, han apelado a la idea de hiyra en dos dentidos:

Los musulmanes deben escapar de un ambiente corrupto y refugiarse en territorios libres de infidelidad.

Repliegue como acción estratégica para fortalecer la comunidad de creyentes puros y sumar nuevos contingentes para emprender la conquista del territorio enemigo.

Los ulemas fueron dando respuestas diversas según los casos. En al-Andalus hubo juristas que defendieron la hiyra mientras que otros permitían la permanencia en territorio infiel siempre que pudieran seguir practicando su religión. Otros incluso permitieron la permanencia en circunstancias más represivas apelando a la práctica del disimulo forzado de la religión aplicable en casos extremos.



El término ribat significaba originalmente la acción de reunir las monturas para dirigirse al combate. Al hallarse los apeaderos en zonas periféricas el término fue tomando el sentido de permanecer en la frontera como expresión de piedad, de sacrificio y de incremento de la espiritualidad. Pronto a esta acepción se le dio una interpretación de activismo de combate en defensa del Islam. Así se llegó a identificar prácticamente ribat y yihad como el combate preparado desde y practicado en la frontera. Ribat será la palabra que sume los conceptos de hiyra y de yihad. Fuera de este contexto bélico es palabra que designa la edificación situada intramuros de las ciudades donde se agrupaban las cofradías místicas y en este sentido es término vinculado a la práctica del yihad pacífico o piadoso.

El paso atrás que supone el retiro en el ribat, se convirtió en una forma de preparación para movimientos fundamentalistas repletos de un deseo de reforma interna del Islam y de la voluntad de sustituir a los gobernantes corruptos del momento. Nos referimos a almorávides y almohades, quienes actuando dentro de un determinado territorio islámico no dudaron en proclamar el yihad contra otros musulmanes. Un precedente de lo acontecido en tiempos más remotos.

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