miércoles, 23 de enero de 2008

MAHOMA Y LA YIHAD

MAHOMA Y LA YIHAD


Las fuentes de información sobre la vida de Mahoma se encuentran en el Corán, las biografías, sira, y los hadices. Las biografías más antiguas que se conocen son La vida del profeta de Dios de Ibn Ishaq (año 768) y la biografía escrita por al-Waqidi (año 822). Ibn Ishaq escribió la biografía 120 años después de la muerte de Mahoma. La tercera fuente, los hadices, contiene dichos y acciones de Mahoma.

Mahoma nació en una familia próspera en la ciudad de La Meca. No se tiene certeza acerca de la exacta fecha de su nacimiento, pero ésta fue entre el año 570 y el 571. Su padre, Abd Allah, falleció antes de que él naciera y el niño fue criado por su abuelo paterno Abd al-Muttalib de la tribu Quraysh. Se dice que poco después de su nacimiento fue puesto al cuidado de una mujer beduina, Halima, pues se consideraba que la vida en el desierto era más sana y segura para los niños. A los seis años, Mahoma perdió a su madre, Amina, y a los ocho perdió a su abuelo, quedando bajo la tutela de su tío Abu Talib, un líder de la tribu Quraysh, la más poderosa de La Meca.

En aquella época La Meca era un centro comercial próspero, principalmente porque existían varios templos que contenían diferentes ídolos, lo cual atraía un gran número de peregrinos. Mercaderes de diferentes tribus visitaban La Meca en la época del peregrinaje cuando las guerras tribales estaban prohibidas y podían contar con un viaje seguro. En su adolescencia, Mahoma acompañó a su tío por sus viajes a Siria y otros lugares. Por tanto, pronto se convirtió en una persona con amplia experiencia en las costumbres de otras regiones.

Posteriormente Mahoma se convirtió en mercader y una de sus clientes era Jadiya, una rica viuda de 40 años. Mahoma, que contaba con 25 años había impresionado a Jadiya y ésta le propuso matrimonio en el año 595. Por costumbre árabe, los hijos menores no recibían herencia razón por la cual él no la recibió ni de su padre ni de su madre.

Jadiya tuvo seis hijos con Mahoma, dos varones y cuatro mujeres. Todos nacieron antes que Mahoma recibiera la primera revelación. Sus hijos Al-Qasim y Abdullah murieron en la infancia en La Meca. Sus cuatro hijas se llamaban Zainab, Ruqayyah, Umm Kulzum y Fátima. Mahoma también tuvo otro hijo con Mariyah Al-Qibtía (Mariyah, la copta) después de mudarse a Medina. Ese séptimo y último hijo se llamaba Ibrahim. Igualmente que sus hermanos varones, Ibrahim falleció en su niñez; se dice que murió a los diecisiete o dieciocho meses de edad.

Mahoma era de carácter reflexivo y rutinariamente pasaba noches en una cueva (Hira) cerca de La Meca en meditación. Los musulmanes creen que en el año 610, mientras meditaba, Mahoma tuvo una visión del ángel Gabriel. Esta visión perturbó a Mahoma, pero su esposa Jadiya le aseguró que se trataba de una visión real y se convirtió en su primera discípula.

A medida que los seguidores de Mahoma comenzaron a aumentar en número, se convirtió en una amenaza para los jefes de las tribus locales. La riqueza de estas tribus se basaba en la Kaaba, el recinto sagrado de sus ídolos de los árabes y el punto principal religioso de La Meca. Si rechazaran a dichos ídolos, tal como Mahoma predicaba, no habría peregrinos hacia La Meca, ni comercio, ni riqueza. El repudio al politeísmo que denunciaba Mahoma, era particularmente ofensivo a su propia tribu, la qurayshí, por cuanto ellos eran los guardianes de la Kaaba. Es por esto que Mahoma y sus seguidores se vieron perseguidos.

En el año 619 la esposa de Mahoma Jadiya falleció, así como su tío Abu Talib. Este año se conoce como el "año de la tristeza". El clan al que pertenecía Mahoma lo repudió y sus seguidores sufrieron hambre y persecución.


En el año 620, Mahoma hizo un viaje en una noche que es conocido como Isra y Miraj. Isra es la palabra en árabe que se refiere a un viaje milagroso desde La Meca a Jerusalén, específicamente al lugar conocido como Masjid al-Aqsa. Isra fue seguida por el Mi'rāŷ, su ascensión al Cielo, donde recorrió los siete cielos y se comunicó con profetas que le precedieron como Abraham, Moisés, Jesucristo.

La vida de la pequeña comunidad musulmana en La Meca no sólo era difícil, sino también peligrosa. Las tradiciones musulmanas afirman que hubo varios atentados contra la vida de Mahoma, quien finalmente decidió trasladarse a Medina, un gran oasis agrícola donde había seguidores suyos. Rompiendo sus vínculos con las lealtades tribales y familiares, Mahoma demostraba que estos vínculos eran insignificantes comparados con su compromiso con el Islam, una idea revolucionaria en la sociedad tribal de la Arabia. Esta migración a Medina marca el principio del año en el calendario islámico. El calendario islámico cuenta las fechas a partir de la Hégira razón por la cual las fechas musulmanas llevan el prefijo AH (año de la Hégira).

Mahoma llegó a Medina como un mediador, invitado a resolver querellas entre los bandos árabes de Aws y Khazraj. Logró este fin absorbiendo a ambas facciones en la comunidad musulmana y prohibiendo el derramamiento de sangre entre los musulmanes. Sin embargo, Medina era también el lugar donde vivían varias tribus judías. Mahoma esperaba que estas tribus lo reconocieran como profeta, lo cual no ocurrió. Algunos académicos afirman que Mahoma abandonó la esperanza de ser reconocido como profeta por los judíos, y que, por tanto, la alquibla, es decir la dirección en la que rezan los musulmanes, fue cambiada del antiguo templo de Jerusalén a la Kaaba en La Meca.

Mahoma emitió un documento que se conoce como La Constitución de Medina (en 622-623) en la cual se especifica los términos en que otras facciones, particularmente los judíos, podían vivir dentro del nuevo estado islámico. De acuerdo con este sistema, a los judíos y cristianos les era permitido mantener su religión mediante el pago de un tributo (no así a los practicantes de religiones paganas). Este sistema vendría a tipificar la relación entre los musulmanes y los dhimmis y esta tradición es la razón de la relativa estabilidad que normalmente existía en los califatos árabes.


Las relaciones entre La Meca y Medina rápidamente se deterioraron. En La Meca todas las propiedades de los musulmanes fueron confiscadas, mientras que en Medina Mahoma lograba alianzas con las tribus vecinas.

Los seguidores de Mahoma comenzaron a asaltar las caravanas que se dirigían a La Meca. En marzo de 624, Mahoma condujo a trescientos guerreros en un asalto a una caravana de mercaderes que se dirigía a La Meca. Los integrantes de la caravana lograron rechazar el ataque y posteriormente decidieron dirigir una represalia contra los musulmanes, enviando un pequeño ejército a invadir a Medina. El 15 de marzo de 624, en un lugar llamado Badr, ambos bandos chocaron. Si bien los seguidores de Mahoma numéricamente eran tres veces inferiores a sus enemigos (trescientos contra mil), los musulmanes ganaron la batalla. Éste fue el primero de una serie de logros militares por parte de los musulmanes.

Para los musulmanes, la victoria de Badr resultaba una ratificación divina de que Mahoma era un legítimo profeta. Después de la victoria, y una vez que el clan judío de Banu Qainuqa fue expulsado de Medina, los ciudadanos de este lugar adoptaron todos la fe musulmana y Mahoma se estableció como el regente de facto de la ciudad.

Después de la muerte de su esposa, Mahoma se casó con Aisha, la hija de su amigo Abu Bakr (quién posteriormente se convertiría en el líder de los musulmanes tras la muerte de Mahoma). En Medina también se casó con Hafsah, hija de Umar (quien luego sería el sucesor de Abu Bakr). Estos casamientos sellarían las relaciones entre Mahoma y sus principales seguidores.

La hija de Mahoma, Fátima, se casó con Ali, primo de Mahoma. Otra hija, Ruqayyah, se casó con Uzman pero ella falleció y después Uzman se casó con su hermana Umm Kulzum. Estos hombres, en los años subsiguientes, surgirían como los sucesores de Mahoma (califas) y líderes políticos de los musulmanes. Por tanto, los cuatro primeros califas estaban vinculados a Mahoma por los diferentes matrimonios. Los musulmanes consideran a estos califas como los rashidún que significa "guiados".

En 625 un jefe de La Meca, Abu Sufyan, marchó contra Medina con 3.000 hombres. En la batalla que se llevó a cabo el 23 de marzo no quedó ninguno de los dos bandos victorioso. El ejército de La Meca afirmó haber ganado la batalla, pero quedó muy diezmado como para perseguir a los musulmanes de Medina y ocupar la ciudad.

En abril de 627, Abu Sufyan emprendió otro ataque contra Medina, pero Mahoma había cavado trincheras alrededor de la ciudad y pudo defenderla exitosamente en lo que se conoce como la Guerra de las Trincheras.

Después de esta batalla, los musulmanes que sospechaban de la tribu judía de Banu Qurayza emprendieron guerra contra éstos, derrotándolos. Los hombres de la tribu fueron decapitados y las mujeres y niños fueron tomados como cautivos.

Tras la victoria de la Guerra de las Trincheras, los musulmanes expandieron su influencia a través de conversiones o conquistas de varias ciudades y tribus.


En el año 628, la posición de Mahoma era lo suficientemente fuerte para decidir su retorno a La Meca, esta vez como un peregrino. En marzo de ese año, se dirigió a La Meca seguido de 1.600 hombres. Después de diversas negociaciones, se firmó un tratado en pueblo cercano a La Meca llamado al-Hudaybiyah. Si bien a Mahoma no se le permitió entrar en La Meca ese año, las hostilidades cesaron y a los musulmanes se les permitió el acceso a la ciudad en el año siguiente.

El tratado duró solo dos años, ya que en 630 los regentes de La Meca rompieron dicho tratado. Como consecuencia de esto, Mahoma con un ejército de más de 10.000 hombres marchó hacia La Meca, la cual conquistó sin que encontrara resistencia. Mahoma declaró amnistía a los pobladores de la ciudad, muchos de los cuales se convirtieron al Islam. Mahoma destruyó los ídolos de la Kaaba y, por tanto, el peregrinaje en adelante sería al lugar sagrado del Islam.

La capitulación de La Meca y la derrota de las tribus enemigas Hunayn permitió a Mahoma tomar control de Arabia. Sin embargo, Mahoma no constituyó ningún gobierno, sino que prefirió gobernar a través de las relaciones personales y tratados con diferentes tribus.


Desde 595 hasta 619, Mahoma sólo tuvo una esposa, Jadiya, una rica mujer de La Meca que contaba con 40 años cuando se casó. Después de su muerte se casó con Sawdah; y al poco tiempo con Aisha, hija de Abu Bakr —quien posteriormente sucedería a Mahoma—. Según algunos hadices, Aisha contaba con 6 años cuando fue prometida al profeta, que tenía 54, aunque el matrimonio se consumó cuando ella tuvo 9. Hay sin embargo estudiosos musulmanes que creen que dichos datos son erróneos y que Aisha era considerablemente mayor.

Pese a estas reinterpretaciones modernas de los hadices que adjudicarían a Aisha una edad más madura, actualmente una gran mayoría de fieles musulmanes siguen aceptando las interpretaciones tradicionales sin encontrar en ellas indicio de un comportamiento inmoral de Mahoma. Esto último ha sido utilizado por críticos del Islam como Ibn Warraq para sostener que los matrimonios infantiles que se siguen practicando en la actualidad en los países islámicos encuentran un argumento favorable en este posible precedente histórico

Más tarde se casó con Hafsa, con Zaynab (quien era mujer de su hijo adoptivo Zaid), Ramlah, hija de un líder que combatió a Mahoma y con Umm Salama, viuda de un combatiente musulmán. También se casó con una cristiana de nombre María y con una judía de nombre Safiah. Posteriormente tuvo varias otras esposas, de número impreciso entre éstas 9 reseñadas que afirman casi todos los expertos como seguras, y las más de 20 que algunos le estiman. Algunas de estas mujeres eran esposas de seguidores de Mahoma muertos en batalla, mientras que otras eran hijas de sus aliados.

Después de una corta enfermedad, Mahoma falleció el 8 de junio de 632 en la ciudad de Medina a la edad de 63 años.



De acuerdo a la religión musulmana, Mahoma es considerado el «sello de los profetas», por ser el último de una larga cadena de mensajeros, enviados por Dios para actualizar su mensaje, que según el Islam, sería en esencia, el mismo que habrían transmitido sus predecesores, entre los que se contarían Isa (Jesús) y Musa (Moisés).

Abu Bakr, el padre de Aisha, la tercera mujer de Mahoma, fue elegido por los líderes de la comunidad musulmana como el sucesor de Mahoma (califa), pues éste era el favorito de Mahoma. Cualquiera que hayan sido los hechos, lo cierto es que Abu Bakr se convirtió en el nuevo líder del Islam. La mayor parte de su corto reinado la pasó combatiendo tribus rebeldes en lo que se conoce como las Guerras Ridda.

A Mahoma le sobrevivieron su hija Fátima y los hijos de ésta. Los chiítas afirman que el esposo de Fátima, Alí y sus descendientes son los verdaderos líderes del Islam. Los sunníes no aceptan esta afirmación, si bien respetan a los descendientes de Mahoma.

Los descendientes de Mahoma son conocidos por diferentes nombres tales como sayyid, y sharif. Muchos líderes y nobles de los países musulmanes, actuales y pasados, afirman ser descendientes de Mahoma con variables grados de credibilidad, tales como la dinastía fatimí del Norte de África, los idrisíes, la actual familia real de Jordania y los imanes ismaelitas que usan el título de Agha Khan.

Antes de su muerte, Mahoma había establecido al Islam como una fuerza social, política y religiosa y había unificado a la Arabia. Algunas décadas después de su muerte sus sucesores conquistaron Persia, Egipto, Palestina, Siria, Armenia y gran parte del Norte de África, y cercaron dos veces Constantinopla, aunque no pudieron conquistarla, lo que les impidió avanzar hacia Europa del Este.

No hay comentarios: